El trabajo en equipo es pilar fundamental para el buen funcionamiento de cualquier empresa. Es la base sobre la que asentar cualquier proyecto que comprenda a varias personas. Todos tenemos habilidades y fortalezas únicas, que son fruto de nuestra experiencia y de la acumulación de conocimientos a lo largo de nuestra vida. Estos factores son propios para cada uno de nosotros y por muy amplios que sean, nunca podrían comprender todos los campos.
Si sumamos los esfuerzos de personas del mismo u otros sectores podremos superar esas limitaciones individuales a la par que conseguir mejores resultados para nuestros clientes a la vez que nos enriquecemos y mejoramos nosotros mismos.
Además, trabajar en un equipo bien compenetrado, compartir tareas y objetivos nos genera una mayor satisfacción y nos permite tener un punto de apoyo para superar cualquier complicación que pueda presentarse.
Normalmente, se define que un buen trabajo en equipo cuando se cumplen las cinco “Cs”:
- Complementariedad
Cada miembro aporta sus habilidades, formación y experiencia propias y al equipo. Todos suman.
Cada día acuden a nuestro centro personas con dolencias u objetivos distintos. Al apoyarnos en todos los profesionales del centro en el que trabajamos conseguimos nuevos puntos de vista que pueden generar ideas y propuestas distintas, las cuales optimizarán y ampliarán nuestra capacidad de resolución ante el problema que se nos presente.
- Coordinación
La persona responsable de liderar el equipo conoce los puntos fuertes de cada uno de los miembros y gracias a ello podrá repartir las tareas y responsabilidades de la manera más eficientemente posible.
Procuramos ser conscientes de las diferencias que caracterizan a los profesionales y para poder derivar cada caso a la persona más adecuada para su resolución. Además, esto nos permite organizar tratamientos llevados por más de un profesional a la vez.
- Comunicación
La comunicación es la base del buen trabajo. Es un MUST. Sin comunicación es imposible que el trabajo en equipo funcione correctamente. Por eso es uno de los puntos clave que toda organización debe cuidar y trabajar constantemente.
Es importante tener una comunicación directa, pedir opiniones a los compañeros, exponer dudas. Todo esto nos hace crecer y evolucionar constantemente con nuevas ideas y visiones.
En Invisible Training, además, procuramos mantener reuniones habituales, así como dar charlas formativas, y organizar sesiones clínicas dónde todos los profesionales aportan su punto de vista sobre un tema de elección, siempre con un punto de vista constructivo y que nos ayude a crecer juntos.
- Confianza
La confianza en todas direcciones dentro un equipo es muy importante para poder llegar a conseguir los objetivos comunes. Es algo que al igual que la comunicación hay que cuidar y trabajar siempre.
Ser capaces de ver las fortalezas de los demás y las propias, y ser humildes y autocríticos con nosotros mismos, promueven un clima de confianza que genera un ambiente laboral cómodo y agradable. Esto se traduce en un mejor cumplimiento de los objetivos comunes, ya que todos los miembros dispondrán de la motivación necesaria para aportar el 100%.
- Compromiso
Si estamos comprometidos con el objetivo, en nuestro caso la satisfacción y bienestar del cliente, priorizaremos sus necesidades siempre por encima de los nuestros personales y esto resultará en un resultado óptimo.
El compromiso con y para el equipo es imprescindible en Invisible Training, y este es un círculo que comienza y termina en cualquiera de sus miembros. Somos muy conscientes de que mostrarse involucrado y comprometido con el centro, los compañeros, y los objetivos es un camino que, al igual que la confianza, viajan en ambas direcciones; cuanto más das, más recibes y más generas. Este compromiso es el que nos ayuda a mantener el barco no sólo a flote sino siempre a pleno rendimiento.
De nuestra apuesta por el trabajo en equipo deriva la necesidad de la creación de un grupo multidisciplinar. Para nosotros en fundamental poder aportar la solución más adecuada para cada una de las personas que nos visitan, y por ello consideramos que ampliar todo lo posible el abanico de campos que nuestros profesionales son capaces de cubrir es un MUST.
Gracias a nuestros servicios de fisioterapia, preparación física, medicina deportiva, podología y nutrición podemos aportar esa variedad en cuanto a conocimientos y experiencia que tanto valor le añaden a nuestro equipo. Aplicando todos los principios descritos anteriormente tratamos de generar siempre una respuesta óptima a cada uno de los casos que se nos presentan utilizando el máximo de recursos de los que disponemos.
Pero Cómo aplicamos todo esto a la experiencia práctica? Vamos a verlo con un caso práctico y real.
Acude a nuestro centro de fisioterapia deportiva sant cugat un paciente de edad adulta por un dolor en la zona de la parte posterior del muslo derecho que le impide realizar su deporte habitual (es velocista) desde hace 2 meses.
1. En primer lugar, se le asigna una visita con uno de nuestros fisioterapeutas con el fin de realizar una valoración lo más exhaustiva posible de su caso.
Durante la primera valoración de fisioterapia, el paciente nos refiere durante la anamnesis (la serie de preguntas que el profesional hace para hacerse una mejor idea del caso y orientar el diagnóstico) que hace muchos años ya tuvo varios problemas en la misma zona, siendo la última una lesión miotendinosa tras la cual no recibió tratamiento. El fisioterapeuta, tras realizar varias pruebas diagnósticas, genera la hipótesis diagnóstica de una nueva lesión muscular/miotendinosa, aunque aparecen también algunas características que podrían corresponderse con un dolor de tipo neuropático. Si bien la fuente del dolor parece ser esta, se comprueba también, gracias a una radiografía previa que el paciente se había realizado, que el paciente presenta una cadera elevada en comparación con la otra, y una hemipelvis más posterior que la otra. Esto viene acompañado de un aumento de la angulación de la rodilla, y un pie más caído hacia dentro, según su punto de vista.
Tras la primera sesión de fisioterapia, en la que ya se ha comenzado el primer paso del tratamiento con el objetivo de controlar el dolor, este fisioterapeuta revisa las notas de su valoración y decide compartir el caso con otro de sus compañeros, ya que este último practica deportes de carrera. Entre ambos deciden cual es la mejor estrategia que seguir y, dadas las circunstancias, comentan además la posibilidad de requerir de los servicios de otros profesionales.
2. El planteamiento fue el siguiente. Comenzamos por solicitar una visita con nuestro médico deportivo para confirmar con una visita de medicina deportiva el diagnóstico y comprobar el estado del tejido.
Durante esta visita no sólo se comprobó que había una lesión en la musculatura isquiosural, sino que además se pudo objetivar un ligero atrapamiento del nervio ciático a causa de un exceso de tejido cicatricial que posiblemente correspondía con su antigua lesión. Por ello, se realizó una intervención médica para dar solución a este hallazgo además de la readaptación deportiva de la lesión por parte del fisioterapeuta.
3. Se estableció también la necesidad de realizar una consulta de podología, ya que se sospechó desde un inicio que la dismetría entre una pierna y la otra podía ser la causante de que la lesión se repitiera tan asiduamente.
Se acordó que lo más adecuado era resolver primero la lesión actual, para poder realizar una estudio biodinámico de la pisada sin que el dolor condicionara la valoración, lo cual él consideraba clave.
Tras unas semanas, se comprobó que la lesión estaba bien cicatrizada y gracias a las pruebas de fuerza que fuimos realizando con el paciente comprobamos que podíamos dar por “resuelta” la lesión, y tras la valoración del podólogo se le realizaron unas plantillas adecuadas para su vida diaria y también para correr y que ayudaran a corregir la dismetría.
4. Planteamos al paciente realizar un trabajo final de “return to play”, con el fin de acabar de afinar la fuerza y velocidad necesarias para su deporte, el cual fue llevado a cabo por el preparador físico en combinación con sus entrenamientos habituales.
Durante dicha vuelta a su deporte, surgió un nuevo problema. Si bien ya no tenía dolor, nos reflejaba que se notaba falto de fuerzas, y muy cansado. Valoramos rebajar las frecuencias e intensidades de los entrenos, pero esto no hizo que el problema desapareciera.
5. Fue entonces cuando comentamos el caso dentro del equipo y propusimos una valoración por parte de la nutricionista.
Gracias a esta valoración se comprobó que nuestro paciente tenía un déficit nutricional que condicionaba enormemente su capacidad de recuperación. Al cambiar sus pautas nutricionales terminamos de afinar todo aquello que impedía una adecuada recuperación, y nuestro velocista pudo retornar a las pistas con seguridad y a ritmos de competición incluso superiores a sus marcas previas.
Conclusiones:
Este caso es muy remarcable ya que para su resolución se implicó a todos los servicios de los que disponemos: fisioterapia deportiva sant cugat, medicina deportiva sant cugat, nutrición, podología y readaptación.
La aportación tanto a nivel diagnóstico como de propuestas de tratamiento de todos los profesionales del centro fue clave para la recuperación, y sin uno de ellos no habría sido posible. Además, cabe destacar que durante dicho caso todos los profesionales, gracias a la información de sus compañeros, pudieron aprender más sobre esta lesión y cómo valorar e identificar rápidamente las complicaciones que fueron apareciendo.
Esto sólo es posible mediante un buen sistema de coordinación y comunicación, y la confianza en el compromiso de encontrar la mejor solución complementaria por parte de todos los implicados en el problema de nuestro paciente.
Individualmente, somos una gota. Juntos, somos un océano. (Ryunosuke Satoro